domingo, 12 de abril de 2009

MEDITACION Y MOVIMIENTO



Aikido y espiritualidad

Al analizar las técnicas del aikido, apreciaremos mejor las diferencias que existen entre otros budos, como el karate y el judo.

El karate se practica con atemis de puño, barridos y patadas. Sus movimientos generalmente se efectúan en línea recta.

El judo, en general, se practica a partir de agarres y presas de mangas y solapas, donde se busca el momento de proyectar e inmovilizar.

En el aikido se mantiene alejado, observando los movimientos del adversario. En el momento de contactar se reacciona aplicando la técnica más adecuada. Se emplea como en el judo la técnica del tirón y el empuje: es decir, “tira cuando te empujen y empuja cuando te tiren”. Igual que en el karate hay atemis y ataques de pies, pero sus movimientos son curvos o circulares, donde todo ataque lanzado en línea recta se absorbe y canaliza controlándolo con un movimiento circular, con un efecto centrípeto hacia un centro situado aproximadamente en el abdomen del aikidoca.

Las técnicas del aikido han de ejecutarse como se escribe la caligrafía, esto es con un único trazo firme, continuo, sin apenas interrupción y rápidamente. La trayectoria circular de un movimiento no tiene ni principio ni fin, de forma que el flujo de energía que lo anima no se interrumpe en su fluir constante.

Estas técnicas se fundamentan en la esgrima japonesa (kendo y iaido). Es con estos budos el kenjutsu y el jojutsu, con los que más se identifica, dada la influencia del creador, puesto que las practicó y dominó para llagar a conformar el actual aikido.

El aikido debe ser practicado con mucha flexibilidad y dinamismo, con desplazamientos muy cortos y rápidos, aquí es necesario poner atención en el trabajo de las caderas, buscando proyecciones cortas para provocar el desequilibrio sobre el ataque.

La práctica del aikido consiste en series de formas espirituales sin fin. Van muy unidas las técnicas con el concepto filosófico, de tal forma que en su ejecución no pueden separase, en donde se está más allá de la concepción de las formas.

Los practicantes (uke y nage) van tomando contacto y de una forma espontánea surge la técnica Alineación a la izquierdamás apropiada.

El sentido de victoria o derrota es eliminado en este estilo altamente ceremonioso, y las técnicas se asimilan en forma de “katas con compañero”. En cooperación con otro practicante, cada movimiento se repite hasta ser completamente asimilado y llegar a ser una acción condicionada espontáneamente.

Se insiste que el aikido es meditación en movimiento, y que la respiración está relacionada con la técnica, más que con los principios, esto mismo se puede aplicar a la gran mayoría del quehacer humano, donde la acción debe acompañarse de su correspondiente meditación o reflexión para llevar a cabalidad dicha acción. Al practicar aikido, lo más importante es que uno crea en uno mismo y en lo que está haciendo, en lugar de enfocarse en lo que hacen los demás. Hay que olvidarse de la conducta de los otros y ser sincero consigo mismo, esa es la esencia del aikido.


Escrito por Juan Pablo Sentíes Santos